domingo, 9 de marzo de 2014

India-Nepal (transición)

Salgo de la India. Mi visita a Chennai, como dije, no fue lo mejor que allí viví. Mujeres con burka, hombres borrachos y cierto agobio decoran a veces el ambiente. Pese a todo ello, como siempre, el factor humano aprobado con nota. Esto es la India. Como prueba de ello, la noche en vela que he pasar en el aeropuerto, camino a Nepal, transcurre entre risas y una buena conversación con el personal que se dedica a transportar viajeros de una terminal a otra. Pasan las horas intercambiando opiniones, preguntas y respuestas en un coche eléctrico de esos raros que no hacen ruido. No quieren dejarme ni un minuto sólo, y aunque han de llevar gente de lado a lado, intentan turnarse para que alguno de los tres esté conmigo siempre.

En India y Nepal, ser español y no gustarme el fútbol es algo que les cuesta asimilar. Así que el tema recurrente es el sexo, eso a todos gusta... La sorpresa es mutua cuando hablas con ellos e intercambias aspectos. Aparte de que tienen un concepto bastante equivocado de Occidente, se sorprenden sobremanera al saber que la dinámica sexual no tiene tanta parafernalia en la Europa del Catolicismo como en la cuna del Kamasutra, y os aseguro, las preguntas son tan directas como indiscretas... Los jóvenes no suelen tener relaciones hasta el matrimonio, y he conocido el caso de veinteañeros que esperan el gran momento con una paciencia de órdago, si no me mienten, que de todo habrá.

Comer fuera de casa en Nepal requiere, como en India, un doble ejercicio: ejercicio físico al ir a mear en ese zulo de metro por metro para no barrer con el cogote las telas de araña del techo, si mides tanto como yo; y otro ejercicio, esta vez de confianza, en el que no debes asociar las condiciones de olor e higiene del WC con las que pueda haber en la cocina. Por supuesto... no suelo mirar esta última. Funciona. La comida es genial allá donde se vaya.

Recorro las calles en busca del restaurante o local donde mejor cocinen los momos, vegetales, of course. Unas veces con éxito, otras... con más pena que gloria. En Katmandú no es sino en casa de mi family, en el barrio de Lainchour, donde mejor saben. En Pokhara, de nuevo este año también el premio es para el Holy Momo, un restaurante para nepalís frente al acceso del Fewa Park. Creo que podría bien escribir una guía especializada... Me he convertido en todo un erudito (léase enfermo) de este plato. Raju se ríe cuando le digo que soy "Momo Man".

En esta ocasión sólo visitaré en Nepal dos lugares: Katmandú y Pokhara, ambos ya conocidos para mí. Y como el tiempo no es esta vez mi aliado he de aprovecharlo al máximo, aunque venga a lo mismo que el último año. En la gran ciudad visitar a mi family, hacer mi peregrinaje budista ya de rigor a cuatro lugares, y seguir con mi formación en la terapia de Cuencos Tibetanos, esta vez con el aliciente de cursar con un nuevo maestro además del que ya tengo. En Pokhara mi interés está en el voluntariado con los masajistas ciegos por las mañanas, y con los niños por la tarde, como ya he explicado otras veces en el blog. Llevo unos días... y es grandísimo.

Sea mi homenaje lo primero a esas mujeres trabajadoras, que lo merecen 365 días al año.

LO significa "año", y SAR es "nuevo", en tibetano. Hemos entrado en el año del Caballo de madera, año 2041 en el calendario budista-tibetano.

Boudanath, grandioso...


Niños en Boudanath. Aquí niños y no tan niños (hasta sesenteros) al verme me dicen "photo, photo!". Les hago la foto, pero la mayoría de gente no tiene mail, sólo es por el gusto de posar y verse después. 

Visita a mi colega Lobsang, tibetano que trabaja de Secretario en el Sakya Monastery, que cuenta con una institución de enseñanza para niños y adolescentes.


El monje más guapo me abre las puertas.

Para flipar: ese globo que tiene entre manos es de esos con los que hemos echado mil guerras de globos de agua, de los que se hinchan poco, porque de lo contrario explotan... Se lo doy y ojo, cómo lo infló! Lobsang me dice que eso es buen presagio de su futura vida. Seguro estoy, qué crío tan especial.

El Sakya Mmonastery. Estuve de pasada en 2010 cuando este edificio estaba en obras. Lo han inaugurado en marzo del 2012.

Lobsang me enseña todos los rincones del monasterio.


Esto son los famosos momos de los que os hablo, y de los que ya hablé en el blog el año pasado.


Desde cualquier monasterio budista se respira la tranquilidad... más si tiene vistas a los Himalayas...

Esta imagen corresponde a una cremación de un cadáver junto al río, en Pokhara.

2 comentarios:

  1. Qué bueno todo. Me gusta. Quiero más fotos... de Lobsang también, y de los lamas, y de las montañas, y del río...

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  2. Jejee, en BCN te hartarás de ver fotos! Gracias bro!

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